viernes, 20 de agosto de 2010





N.A.R. es:

Una entidad dialéctica, una plataforma de producción sin tarea plástica, una experiencia estética, que busca y se preocupa de la reflexión, la puesta en crisis y luego la mofa en torno a normativas, protocolos y requisitos del campo de las artes visuales, sus reiterados aconteceres y el entorno político-cultural en que se desenvuelven.

N.A.R. no es un artista visual, ni dos, ni un colectivo, no es un producto comercializable, ni es la puesta en escena de la viva mediocridad académica de la que proviene; es la respuesta con una mirada confrontacional ingenuo-irónica de las problemáticas propias del condicionante, a veces “incipiente e insipiente”, exclusivo y unificado campo artístico contemporáneo nacional y local, es la “forma incorrecta del quehacer artístico, del hacer obras”; es el usufructo, el utilitarismo esporádico del otro y del otro lugar, avalado por la condición única, facultad propia de la profesión de sus miembros.

N.A.R. está conformado por dos jóvenes aspirantes a artistas-visuales-correctos-contemporáneos-chilenos, que funden sus ideas respecto del mundo estético de hoy y se amparan bajo un nuevo nombre con, en ocasiones, el fin de reírse de su propio trabajo, haciendo de esta mofa, un modelo de producción estética sin frescura y espontaneidad artística con intenciones exteriorizantes[1].

N.A.R., ciertamente, está ligado a este “micro-mundo de artistas”, proviene y se desenvuelve en él, es tanto una plataforma de producción, como de investigación y acción sin lugar determinado. N.A.R. es mala gestión con poca experiencia y es el intento de superación de las formas de hacer de las que germinó, mediante un inexperto y tupido humor especulativo y desapercibido.

N.A.R. es periférico en cuanto a las prácticas estéticas comunes entre los artistas, es reticente al proceso y al valor de la obra como autónoma[2], como un articulador de una escena, una “única” escena-institución. N.A.R. busca hacerse famoso caminando por la calle y emulando los quehaceres anexos del artista tipo, buscando las ranuras reiterativas del medio y ojeandolas provechosamente.

En este sentido, N.A.R. trasforma ese aprovechamiento, ese usufructo en materia prima para sus prácticas estéticas y por ende en la obra-práctica-proceso-producto propiamente tal, utilizando las estrategias de difusión y de trabajo símiles, comunes para cualquier artista-visual-correcto-contemporáneo-chileno (característica reiterada, sobre todo en los emergentes, carentes de público fiel y seguro).





[1] Rojas Sergio, Imaginar la materia, cap. V., Pierre Bourdieu: el “puesto de trabajo” del artista, pag 84

[2] Estéticas de la igualdad. Entrevista de Marcelo Expósito a Brian Holmes, p. 234